Ubicada en el centro de la selva nordeste del Perú, Iquitos es la ciudad Capital que reina en el corazón del departamento de Loreto y se distingue en el planisferio como una isla verde y tupida contenida entre los márgenes del río Amazonas y las caudalosas aguas del río Nanay y el río Itaya.
También capital de la provincia de Maynas, esta ciudad con ubicación geográfica tropical privilegiada inició su historia de vida con la primera llegada de la misión jesuita a la región que hoy en día se conoce como la Gran Planicie, en la sabana llana de la Provincia de Maynas.
En un comienzo, hacia el año 1757, la misión jesuita se estableció en este punto del mapa bajo la denominación San Pablo de los Napeanos, con una ocupación central de originarios iquitos y napeanos hasta mitad del siglo XVIII.
Hacia finales de siglo, los originarios napeanos comenzaron a abandonar paulatinamente el cacerío hasta que la zona donde hoy en día queda Iquitos en Perú quedó únicamente poblada por los nativos que le dieron el nombre a la ciudad: Iquitos.
Más tarde y ya entrando en la era moderna de la historia de Iquitos, llegó la conocida fiebre del caucho y lo que muchos historiadores dieron a llamar la "europeización de Iquitos", proceso que se vivió en la ciudad entre los años 1880 y 1914.
El gran cambio se dio fundamentalmente en el aspecto comercial, dado que Iquitos se convirtió, junto con Manaos, en un centro de explotación del caucho por excelencia.
La riqueza de este recurso convirtió a Iquitos en un polo comercial y atrajo la atención no solo de peruanos de otros puntos del país que llegaron a Iquitos en busca de nuevas oportunidades laborales, sino también de extranjeros europeos que se asentaron en la región en búsqueda de buenas y rápidas fortunas.
El auge comercial de Iquitos significó un gran crecimiento en la ciudad, la cual fue modernizándose a pasos agigantados a medida que la fiebre del caucho generaba nuevos éxodos, asentamientos y riquezas.
Durante esta etapa de la historia de la ciudad, se empezó a delinear la arquitectura de Iquitos y comenzaron a aparecer los servicios públicos para mejorar la experiencia del pueblo y la calidad de vida de sus diferentes comunidades.
En noviembre de 1897, la ciudad de Iquitos fue establecida como la capital de Loreto, sustituyendo a la ciudad norteña Moyobamba.
En menos de una década, se puso a disposición el sistema de alumbrado eléctrico y comenzó a marchar el tren urbano, siendo estos servicios implementados en Iquitos incluso cuando algunas ciudades del Perú y de Europa, aún no contaban con estas posibilidades.
Cerca del año 1914, la explotación del caucho dejó de ser una actividad con asentamiento exclusivo en la Amazonía peruana, cuando otras regiones alejadas del cono sur comenzaron a mostrar una buena producción del recurso.
De a poco, la ciudad de Iquitos quedó un tanto aislada del resto de las ciudades de la selva y aquellas estructuras edilicias con tinte europeo que se irguieron durante la fiebre, fueron progresivamente abandonadas.
Sin embargo, la ciudad supo salir adelante cuando, cerca de la década del 40, se comenzó a trabajar arduamente con el petróleo y surgieron otras actividades como el trabajo de pieles y una emergente industria en torno de la actividad forestal.
Si bien ha pasado por varias etapas a lo largo de su historia, y no siempre pudo desarrollarse con el mismo ritmo, hoy en día la cultura de Iquitos coloca a la ciudad en un lugar privilegiado, como centro principal de una Amazonía peruana que ocupa casi el 60% de todo el territorio nacional.
Ofrece a los visitantes la posibilidad de conocer una ciudad embebida en diversidad biológica y cultural.
Con sus fachadas europeas como testigos principales de épocas de bonanza económica, Iquitos ha logrado trepar en el escalafón para ser hoy una de las principales ciudades de su país.
Hacia comienzos del segundo milenio, la ciudad de Iquitos ya era considerada la más importante del Amazonas peruano y ocupaba el sexto lugar en la lista de ciudades más avanzadas en todo el territorio nacional.
Como principal punto de partida para explorar el extenso río Amazonas, el más largo y caudaloso del mundo, Iquitos se regodea en silencio como principal vía de comunicación hacia una de las mágicas maravillas naturales del planeta y abre sus puertas al mundo con el calor humano que caracteriza a su pueblo.
Con una increíble agenda turística que abarca desde mercados exóticos hasta reservas naturales y viajes chamánicos, el turismo es una de las actividades más destacadas de Iquitos.
Sus múltiples zonas de vida hacen que esta ciudad portuaria sea hoy una de las principales atracciones turísticas donde el verde tropical de los ecosistemas, la sabiduría nativa y el sabor de lo autóctono, convergen en un mismo sitio.
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